sábado, mayo 19, 2007

Y Ahora después del Sebastián grotesco, nos viene el místico

CIU y Sebastián Homs están en otra galaxia, fuera del contacto con la gente normal. Después de las payasadas que nos ha tocado ver de su mano y obra, después de las perversiones en la manera de conducirse en el cargo de alcalde, y la manipulación con la que está llevando su mandato, que deja en muy mal estado sus condiciones morales, quiere mejorar imágen echando mano a su sentido cristiano y su amor a la Moreneta.
Sebastián Homs se descuelga en el blog de CIU con un titular destinado a sentar cátedra “Fe, País, Compromis: Reflexió de l’Alcalde Homs” y con esa excusa nos cuenta su amor a la montaña, su enorme fe aunque no se le ve nunca en la Iglesia local, lógicamente su rango hace que se identifique más con Montserrat que con Sant Miquel de Sorbet.
Sebastián va desgranado una prosa que versa sobre el discurso del buen cristiano, su amor a la familia, sus deberes, su país, y aprovecha para darse capotes. No necesita abuela para regalarse elogios, y para repartir agradecimientos, con la mirada puesta en el efecto que puede desprenderse de sus palabras.
Lástima que como Aznar, estas cosas él las lleva en la intimidad, en la realidad cotidiana el rostro de Sebastián Homs, es menos cristiano, muy poco humilde y bastante agresivo; quien quiera puede consultar a personas que se mueven en su entorno, menos a los que tiene enredados con los favores que está prometiendo.
Ya hace bien de ir a Montserrat y debería también confesarse y hacer alguna penitencia extra, que la necesita. Una de las mentiras gordas que le costara más de cien avemarías, es la de prometer a las personas afectada por el IV Cinturón, de La Tendera, que van ha tener una nueva casa, donde podrán incluso seguir manteniendo los bichos de ahora (conejos, gallinas, caballos, cerdos, etc.) casi al lado de donde ahora tienen sus casas.
Los grupos políticos de la oposición califican esta acción de temeraria y falsa, la realidad es que Sebastián Homs está jugando una vez más con las necesidades y sentimientos de las personas necesitadas, quizás por eso de vez en cuando le remuerde la conciencia y debe acudir a Montserrat, a liberarse.